Armadura cero

Esta fue la primera armadura con articulación de bola que construimos. Realizamos el diseño basándonos en la anatomía humana, a un tamaño de 33 cms, un poco más alto que un disco de vinilo de 12″ (LP). Buscando la mayor versatilidad, pensamos en unos hombros que se adaptaran en ancho para encajar en la fisionomía de un cuerpo masculino o uno femenino, y por supuesto, que se pudieran subir y bajar. Nuestro objetivo era animar bípedos de forma realista, para eso necesitábamos una armadura precisa y robusta. Con unos pies para poder atornillar a una superficie por debajo o utilizando imanes, y que también pudiera sujetarse con un rig.

Contactamos con Cristóbal Caballero, un armero de profesión (tío de Julián), pero sobre todo, capaz de construir cualquier cosa que se le pase por la cabeza, y de la forma más desinteresada, construyó no sólo uno, sino tres armaduras.